¿Cómo funciona el suelo radiante?
El suelo radiante disipa el calor a través de una red de tuberías instaladas bajo tierra. Ahí circula agua caliente a una temperatura entre 30º y 45º aproximadamente. Cuando comienza el proceso, el agua que fluye por las tuberías se calienta y emite el calor hacia el revestimiento del suelo en cuestión.
El suelo radiante es un sistema de calefacción y regulación térmica, instalado bajo el suelo de una vivienda que proporciona un gran bienestar y confort. Distribuye el calor uniformemente por toda la superficie del pavimento.
La instalación del suelo radiante se controla mediante colectores en registros de pared, los cuales se sitúan en dicho espacio porque deben ser fáciles de cambiar o mantener. Los tubos utilizados no tienen ningún tipo de empalmes, evitando así el riesgo de estanqueidad. También se puede utilizar como suelo de refrigeración haciendo circular agua fría en lugar de agua caliente.
Normativa suelo radiante
Las principales normativas en las que se regula la instalación del suelo radiante son:
- CTE: Código Técnico de la Edificación.
- RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en la Edificación).
Para conseguir un mejor rendimiento térmico cálido, es indispensable poner atención a diversos aspectos en la fase de construcción. La estructura de un suelo radiante funciona con la premisa de inercia térmica, el calor se emite desde el suelo. El calentamiento de un sistema de suelo radiante, implica elevar la temperatura del pavimento a través de un elevado calor específico capaz de almacenar gran cantidad de energía. Esta energía no se entrega de forma instantánea, por lo que el espesor y la calidad del mortero es importante.
La norma UNE-EN 1264-4, refleja los requisitos para el diseño y la construcción de sistemas de estructuras de suelo calentado con agua a altas temperaturas para asegurar que el sistema de calefacción bajo el suelo sea adecuado. Los datos de partida son aquellos a partir de los cuales se definirán los criterios de diseño y se efectuará el cálculo para realizar la elección de los componentes de la instalación.
Para realizar una reforma o implementación de este tipo de sistema, lo más recomendable es ponerse en manos de especialistas que estén al tanto de la actualización de la normativa para que la obra se desarrolle sin ningún tipo de problema: contacto.
Desventajas del suelo radiante
Algunas de las desventajas o inconvenientes que posee un suelo radiante son:
- Localizar a profesionales verdaderamente cualificados para la instalación, ya que este sistema es relativamente nuevo en España.
- La instalación de este método de calefacción no es fácil. Por lo que sería necesaria una gran reforma en el caso de no estar hablando de una construcción nueva, ya que debe instalarse bajo tierra.
- Los materiales para el suelo deben ser específicos para la instalación del suelo radiante, por lo que su elección está limitada. Por ejemplo, la madera no es adecuada, pero si lo son opciones como el vinilo, la cerámica o la porcelana, ya que son buenos conductores y pueden soportar la dilatación.
- El precio inicial de la instalación es superior al de otros sistemas de calefacción, como por ejemplo los radiadores, oscilando su inversión entre los 45 y 60 euros el metro cuadrado.
- El suelo radiante no es recomendable para un uso ocasional. Este sistema es más eficiente cuando está encendido de manera continuada, ya que su alta inercia hace que se caliente o se enfríe toda la superficie.
- Los lugares con bruscos cambios de temperatura pueden no ser adecuados para la instalación del suelo radiante, ya que su efecto no es inmediato: tarda mucho en calentar o en enfriar.
Ventajas del suelo radiante
A continuación, nombramos algunas de las ventajas más destacadas del suelo radiante:
- Es invisible, al contrario que las estufas o los calentadores. Además, gracias a esta característica no hay que preocuparse de ocultar tuberías ni aparatos, ya que su instalación queda debajo del suelo. Esto también repercute en la optimización de los metros cuadrados del habitáculo.
- Distribución uniforme del calor, ya que este sistema no se ve afectado por el flujo de aire o la concentración de una fuente de calor en un punto específico de la habitación. Evitando de esta forma los cambios bruscos de temperatura.
- Sensación de bienestar y confort térmico. El suelo radiante consigue que el calor suba del suelo al techo generando una mejor sensación y confort, al contrario que los sistemas de calefacción más tradicionales, que hacen que las altas temperaturas se transfiera del techo al suelo.
- El suelo radiante es un sistema silencioso, característica que también se suma al confort de los individuos de la vivienda.
- A la hora de ventilar la casa, aunque sea un sistema de uso continuo, la fuga de calor es mínima.
- De forma adicional, su instalación funciona como aislante, tanto térmico como acústico.
- Aunque la inversión inicial de este sistema de calefacción sea más costosa que la de otros sistemas, a largo plazo se prevé un fuerte ahorro energético, estimado en un 30% del consumo.
- Es una excelente opción para las personas con alergias, ya que no se requiere de conductos ni otros sistemas de alta temperatura, no pudiéndose así propagar el polvo ni los alérgenos. Tampoco acumula suciedad y mantiene mejor las condiciones de humedad.
- Por último, aunque todo el rato hagamos alusión al calor, no podemos olvidar que el suelo radiante también sirve para refrescar. Al circular agua fría por los conductos, se consigue una moderada bajada de las temperaturas de forma agradable, no padeciendo así los cambios bruscos del aire acondicionado.